Imprinting 4. Doma natural

En el capítulo anterior mostramos como poner la cabezada a nuestro potro por primera vez, así como le introducíamos en las ayudas más básicas. En este capítulo intentaré explicar como enseñar al potro a ir del ramal.

Como en las anteriores sesiones, empezaremos reforzando lo ya aprendido hasta ahora. Esperaremos a que el potro se acerque a nosotros, lo acariciaremos suelto, levantaremos sus manos y pies y le podremos la cabezada.

El momento de enseñarle a ramalear, puede coincidir también con el destete. En muchas ocasiones en que nuestro potro no nace en casa sino en el monte, no tendremos contacto con él hasta el momento de destetarlo. Este es un buen momento para ponerle la cabezada y enseñarle a ir del ramal. Cuando separamos al potro de su madre, éste se encuentra muy perdido y es realmente fácil para nosotros sustituir de algún modo a su madre. Podemos transmitirle la confianza y seguridad que ha perdido con la separación. En capítulos posteriores dedicaré alguno a explicar con detalle como realizar el destete para que sea lo menos estresante posible.

Las fotografías de este capítulo son de un potro que ya conocemos de capítulos anteriores, al que no se enseñó en su día a ir del ramal, si bien si se le puso la cabezada. Aprovechamos el momento del destete para enseñarle a ramalear.
Aunque el potro permita que le pongamos la cabezada, siempre empiezo con una cuerda en el cuello, pues es mucho más fácil para el potro y menos peligroso. Si hemos trabajado con el potro los pasos anteriores, no tendremos ningún problema para pasarle una cuerda por el cuello. Si en cambio es un potro de más de seis meses que no está tocado también es más fácil que intentar ponerle la cabezada.

En el caso de tener un potro cerril, lo colocaremos dentro del picadero redondo y utilizaremos una cuerda lo suficientemente larga para que una vez colocada en su cuello el potro pueda llegar hasta el cercado sin que la cuerda se tense permaneciendo nosotros en el centro.

La mejor manera de realizar el lazo es utilizando una cuerda que tenga una anilla o un mosquetón grande, que cuando se destense se afloje el lazo inmediatamente.

Doma de potro


Foto 1._ Clavado en el suelo aguanto con firmeza la cuersa sin tirar de ella hasta que el potro cede a la presión.

Lazado el potro, como digo, nos colocaremos en el centro del picadero y dejaremos que el potro se mueva con la cuerda en su cuello hasta que se acostumbre a ella sin tirar nunca de la misma. Es importante evitar la tensión. Cuando el potro se halla acostumbrado a tener la cuello en torno a su cuello, fijaremos nuestra mano con firmeza, sin tirar de la cuerda, hasta que ésta se tense. No demos tirar nunca contra el potro, sólo mantenernos quietos hasta que el potro deje de tirar. En el mismo instante en que el potro deje de tirar la cuerda se aflojará. Debemos pensar que nosotros actuamos como si fuéramos un árbol al que está atado el potro. Si nosotros tiramos de la cuerda el potro luchará contra nuestra mano, y así empiezan los problemas. Si tenemos en cuenta que la cuerda es lo suficientemente larga como para llegar hasta el límite del picadero el potro no va a tirar mucho de la cuerda.

Doma de potro


Foto 2._ En cuanto el potro cede la cuerda se afloja, y el potro va acercándose a mí poco a poco.

Doma de potro


Foto 3._ El potro vuelve a tensar la cuerda y yo sigo sin moverme y sin tirar de la cuerda.

Doma de potros


Foto 4._ Le acaricio agachado así puede verme y olerme sin problemas.

Doma de potros


Foto 5 y 6._ Levanto sus manos.

Doma de potro


Foto 7 y 8._ Levanto sus pies.

Si hemos trabajado con el potro este momento no es nada complicado, ya que él no tiene ningún problema para acercarse a nosotros. Con la cuerda en su cuello repetiremos un vez más ejercicios ya conocidos, le acariciaremos y levantaremos sus manos y pies.

En este punto le ponemos tranquilamente la cabezada de la forma en que explicamos en el capítulo anterior, y empezaremos a enseñarle a no tener miedo de las cuerdas, para lo que le pondremos pequeños desafíos. La idea es acostumbrar al potro a tener cuerdas por todo su cuerpo y a no asustarse de ellas, así le pasaremos cuerdas de forma progresiva por su lomo, luego la ataremos como si fuera una cincha, luego por encima de sus corvejones y para terminar rodeando todo su cuerpo.

Si el potro está tranquilo, puedo intentar ejercicios más complicados. Con ejercicios como éste podemos evitar con facilidad multitud de accidentes que se producen con las cuerdas.

Doma de potros


Foto 9._ Con cuerdas por su cuello y por encima de los corvejones rodeando sus cuartos traseros le pido al potro que me siga.

Doma de potros


Foto 10._ Pongo cuerdas rodeando sus manos y pies, de forma que no estén muy apretadas por si el potro se asusta, pero dificultando sus movimientos mientras le doy un poco de grano para que relacione su situación con algo agradable.

Doma de potros


Foto 11._ Le invito a que coma, para lo cual tiene que desacerse del lío en que se encuentra.

Acostumbrado el potro a las cuerdas, ataremos el ramal por a la cabezada, lo pasaremos por encima de sus corvejones y lo pasaremos por la anilla de la cabezada donde va el mosquetón pidiendo entonces al potro que nos siga. Para ello es importante avanzar a la vez que le pedimos al potro que avance. El se coordinará con nosotros. Si le pedimos que avance estando parados delante suyo no lo hará.

Doma de potros


Foto 12._ Le pido avance mientras inicio el movimiento. Véase como el potro y to movemos los pies a la vez.

Doma de potros Doma de potros


Foto 13 y 14._ Cuando el potro me sigue desaparece completamente la presión y el ramla está completamente destensado.

Para pedirle que ande tiraré de forma intermitente del ramal que pondrá presión intermitente por detrás del potro, haciendo que éste evitando la presión se ponga en marcha. Todos hemos visto alguna vez como los caballos se plantan si nos ponemos delante de ellos tirando del ramal. No podemos enseñar a un potro a seguirnos obligándole mediante la fuerza. El luchará contra la tensión continua en su cabezada y el resultado muchas veces es que se levanta de manos y cae para atrás lesionándose a veces de gravedad.

Una vez que el potro nos sigue con confianza y tranquilidad podemos quitar el ramal de sus cuartos traseros y colocarlo directamente en la cabezada.

En el próximo capítulo mostraré como le enseñaremos al potro a estar atado y a ir de reata detrás de otro caballo.

Juan Araquistain
Telf. 609 43 80 80
Natural Hipic
www.naturalhipic.com