Curso de iniciación a la Doma Natural y Monta de Campo

Hípica Mas Rodonell. Llivia
Con Juan Araquistain.

Todo empezó par mí hace unos pocos meses cuando, después de varios intentos, mi mujer me inyectó la verdadera droga de los caballos. A partir de ese momento todo lo demás vino rodado. Un buen amigo me presta un caballo ideal para aprender (le tengo que hacer un monumento), mas adelante Juan me consigue un caballo excepcional, yo no puedo para de montar y montar, de leer libros y artículos, de intentar aprender, de sumergirme en un mundo que hasta entonces solo era conocido por mí como “técnico” en construcción. (otro día explicaré esta historia)
Si bien es cierto que los animales me apasionan y los caballos los encontraba especialmente fascinantes, nunca había probado a montar “de verdad”.

En mi afán de aprender más y más de la gente que sabe montar y de los propios caballos le propuse a Juan que organizara un curso de doma natural en La Cerdanya.
Acerté plenamente, todo lo que aconteció desde el viernes al domingo fué apasionante.

La hípica Mas Rodonell de Llivia, en La Cerdanya, era el lugar escogido para llevar a cabo el curso. Sus instalaciones, todo su personal y Marcelí -el propietario-, nos acogieron de forma espléndida. Difícilmente se puede igualar el grado de entrega de Marcelí y toda su gente para un curso de solo 5 personas (la verdad es que no debe ser un gran negocio, pero a todos ellos les mueve una misma pasión –los caballos-)
Lo mismo debo decir de Juan, para él hacer un curso de fin de semana con cinco alumnos no debe ser un “chollo” precisamente, pero si lo vierais todo el día trabajando desde la mañana hasta la noche (si, si hasta la noche, el sábado volvimos a las cuadras sin luz!) entenderíais que a este hombre lo que lo mueve son su amor por los caballos, nada más.

El viernes por la tarde nos encontramos todos en la Hípica para una primera clase teórica.
Primera sorpresa a cargo de Juan (no será la última)  empieza diciendo: “Buenas tardes a todos, estoy aquí por vuestros caballos, si alguien piensa que he venido por el mismo ya se puede ir “.
Lo que el quiere es educarnos a nosotros y no a nuestros caballos, pero para que ellos sean más felices.

A partir de aquí, Juan inicia una charla de más de tres horas sin ningún tipo de “apunte” ni de “chuleta” ni nada de nada, todo lo que el explica – y es mucho- está almacenado en su “disco duro” personal, no lo necesita consultar, sus ya muchos años de experiencia hacen que simplemente “lo sepa”.
Sus explicaciones sobre como son los caballos, su origen salvaje, sus reacciones en manada, como se comportan, que piensan, como reaccionan a los estímulos, etc, etc… son apasionantes.
Si no lo paramos, no cenamos y la verdad es que la que nos tenía preparada Marcelí a nivel “culinario” valía la pena. Mas Rodonell es un lugar excepcional para montar tanto por sus instalaciones y su personal, como por el increíble paisaje, caminos y prados; pero comer, se come todavía mejor y además en abundancia, aquí “el jefe” no se corta ni un pelo y te ofrece todo lo que tiene y más, es el anfitrión perfecto.

Pero si alguien pensaba que a Juan se lo calla con una cena, estaba equivocado, entre bocado y bocado el sigue explicando cosas de caballos, desde las más elementales a verdaderas tesis doctorales.

Toda esta clase teórica nos prepara para la primera sesión del sábado, hemos aprendido mucho pero mañana será el momento de ponerlo en práctica.

Estamos citados a las nueve para empezar con un “pequeño” desayuno “barra libre” en Mas Rodonell y Juan sigue con sus explicaciones, es incansable. Pasión pura. Ya nadie duda de que vamos a tener una experiencia única, todos empezamos a pensar “en caballo” y olvidamos poco a poco al hombre o mujer que llevamos dentro.

Otra sorpresa de Juan: “si en algún momento os digo que algo se hace así, solo porque así es, os devuelvo el dinero y me voy”. Todo tiene siempre un porqué y ahora lo vamos a ver en directo.

Para iniciar la relación caballo-hombre (o debo decir ya caballo-caballo?)  unos ejercicios a pie, poniendo en práctica unas técnicas de dona natural que sorprendentemente para todos nosotros tienen efectos inmediatos sobre nuestros animales, se les nota felices de trabajar. Nuestra relación con ellos se va haciendo cada vez más fluida y la “conversación” parece existir de verdad.

Juan trabaja con algún caballo “difícil” (según su propietario) y nos demuestra, sin alardes de lo que es capaz el entendimiento entre humanos y caballos, vale la pena verlo en directo, creo que a todos nos saltó incluso alguna lágrima de emoción al ver como un animal que estaba nervioso y asustado, sin ningunas ganas de colaborar, Juan conseguía que se tranquilizara e hiciera cosas impensables para su dueño, pero lo más importante, las hacía porque el caballo quería, por convicción, sin obligarle, sin violencia.

Juan conoce tan bien a estos animales que parece que “habla” con él y el que no lo crea que venga a verlo, aun ahora escribiéndolo me emociono.

Nuestros ejercicios siguen y sin darnos cuenta nos llaman a comer (ya?) las horas pasan sin enterarte.
Comida espléndida -empieza a ser una costumbre- y más charla de Juan, ahora todos intervenimos, estamos ansiosos para explicar a los demás lo que hemos sentido.

Por la tarde colocamos monturas y empezamos ejercicios montados. Todo lo que hemos realizado a pie se puede hacer también sobre el caballo, que sensación! que control sin esfuerzo, los caballos están encantados, se nota en ellos, sus reacciones son fluidas, nosotros relajados …..que paz.

A media tarde empezamos con los obstáculos que Juan diseñó y que la gente de Mas Rodonell realizó de manera impecable (gracias Tengo y Olvi )

Nuevas sensaciones; como convencer a tu caballo para que pise una gran “alfombra” de plástico negro colocada sobre una base de serrín blando, o como traspasar una “cortina” de tiras de plástico negro que además el viento movía sin parar (realmente terrorífico). La experiencia una vez más francamente interesante y la técnica la de siempre, deja que tu caballo confíe plenamente en ti y que realice el ejercicio porque el quiere, no porque tu le obligas. Los resultados sorprendentes.
Por cierto debo decir que mi caballo, una yegua Quarter Horse de doce años  que fue domada en su día por Juan con su sistema de doma natural, obtiene unos resultados que sorprenden a todos. Dócil, confiada, cariñosa, una auténtica amiga, un auténtico placer.

Las experiencias continuaban y las horas pasaban, solo la noche nos obligó a parar (y Marcelí que nos llamaba al “orden” para cenar)

En la cena más explicaciones de Juan (no se cansa), ahora ya sabemos algunas cosas y opinamos, explicamos nuestras experiencias, preguntamos y buscamos nuevos consejos. Marcelí como buen jinete, interviene en la conversación explicando también experiencias, realmente está muy interesado en todo lo que Juan explica y va asintiendo con la cabeza, como diciendo: yo esto estaba seguro de que era así, pero porque nadie es capaz de explicarlo tan claro?.

Mañana domingo nos espera la última experiencia que no es otra que la monta en el campo, donde aplicaremos todo lo que hemos aprendido. Solo el clima nos puede fastidiar, han anunciado lluvia intensa, espero que se equivoquen.

Después de un gran desayuno (creo que he engordado) preparamos los caballos y vamos hacia la pista exterior para realizar unos ejercicios previos a la salida al campo.
Empieza a llover, pero a llover de verdad, hemos cogido las capelinas, pero la cosa va en serio, estamos en La Cerdanya y cuando llueve ….

Nueva sorpresa de Juan: vamos a la pista cubierta y nos monta una prueba de “trail”. Excelente idea, será una forma “seca” de seguir trabajando con los caballos y aprendiendo más cosas.

Los obstáculos que tenemos en la pista exterior son trasladados a la cubierta en unos pocos minutos (que organización!) el tiempo justo de secarnos.

La nueva experiencia vale la pena …… acabamos guiando a nuestros caballos sin riendas. La voz y las pocas ayudas de pierna son suficientes. Lo más sorprendente es que animales que nunca antes se habían guiado así, lo hacen de forma natural e intuitiva, realmente es esto lo que ellos quieren, colaboración y no obligación.

Entonces es cierto: la doma natural es la clave a todo.

Gracias Juan.

Por cierto, como Juan nunca se cansa, nos acaba de proponer que la salida al campo que quedó pendiente por culpa de la intensa lluvia, la hagamos un próximo domingo. Allí estaremos todos sin falta!! Nadie se lo quiere perder.